Hace unos meses Daniel Arvelo me invitó a seguir los perfiles de un tal Caviarcítric en varias redes sociales. A ver qué es esto…, dije. A partir de ese momento empecé a babear con las fotos espectaculares que publicaban: postres, ensaladas, platos glotones, delicias light…
¿Pero qué es esto? ¿Me quieren matar de hambre y gula?, me empecé a preguntar un día, mientras se me hacía agua la boca por unos erizos de mar que estaba viendo en Instagram. Hacía años que no sabía nada de Daniel, ¡y no tenía ni idea de que era todo un foodie!
La respuesta no tardó en llegar. Resulta que Caviarcitríc es una web de recomendaciones culinarias en la que se hace difusión de tendencias, recetas, restaurantes, etc. Un proyecto delicioso, literalmente: Daniel y su socio comen y nosotros comemos por los ojos, o bien les hacemos caso y vamos al sitio donde nos recomiendan ir.
Desde luego merecen un post en mi humilde blog. Yo, en cierto modo, quiero formar parte de este proyecto que está dando sus primeros pasitos, pero estoy segura de que pronto los estrella Michelin se matarán por que los reseñen. ¡Vasito de spritz arriba, y mucho éxito!
Antes de dejarlos con Daniel y mis preguntas raras, les recomiendo de corazón que sigan a Caviarcítric (en Facebook, en Twitter, en Instagram y en todo lo que se mueva), que crean ciegamente en sus recomendaciones y que se mueran de envidia (de la mala) al ver lo que se están comiendo. Sí, Daniel, deja para los demás.
Según sus propias palabras, Daniel es “un foodie desde que nació, no ha parado de comer desde las épocas más remotas, es director de restauración y experto en marketing digital, tiene un paladar muy original ¡y es sushi-adicto! Ahora CEO de Caviarcítric.”
De tres en tres
Tres verbos: cocinar, comer, aprender.
Tres personajes: Magnus Nilssen, Massimo Bottura y Nelson Méndez.
Tres momentos: cada vez que me reencuentro con mi familia, la primera vez que comí sushi, la entrada a la Gran Sabana.
La moda del lowcost se ha impuesto (cadenas de supermercados que revientan los precios, aerolíneas, ropa hecha por esclavos en países asiáticos, etc.). ¿Realmente se puede conseguir comida de calidad por precios tan bajos?
Es una pregunta difícil de responder: habría que empezar por preguntarse qué es la calidad para el comensal. La calidad está relacionada con las percepciones de cada individuo para comparar una cosa con cualquier otra de su misma especie, entonces te diría que la calidad en productos alimentarios es diferente para cada persona. Hay comensales con más expectativas que otros, así que habrá quien que no pueda conseguir comida de calidad en un supermercado lowcost. Otros sí la encontrarán, y por eso se han generado diferentes targets en el mercado.
En el mercado alimentario actual existen muchas tendencias: lejos de los productos lowcost, están los alimentos con denominación de origen, la comida de mercado, los productos orgánicos, los productos de temporada, los alimentos para alérgicos alimentarios y cantidad de otros mercados que atacan a los demás targets que quedan fuera de la tendencia lowcost.
Debo admitir, sin embargo, que el mercado lowcost no maneja los mejores estándares.
Si te tuvieras que ir a una isla desierta y sólo te dejaran llevar 5 alimentos o instrumentos de cocina. ¿Qué elegirías?
Cuchillo de chef.
Una olla.
Algo que me genere encendido (fuego).
Piedra para afilar mi cuchillo de chef.
Queso guayanés de Upata.
¿Cuál es la diferencia entre la arepa venezolana y la colombiana? (David dice que es to’ lo mismo, yo digo que na’ que ver, pero realmente nunca he probado una arepa colombiana. Quizás nos puedes ayudar.)
Este tema lo he discutido con muchos colombianos, y más desde que vivo en Barcelona; lo que me gusta de esto es que muchos de ellos han llegado a la conclusión de que nuestra arepa (venezolana) es más «divina» y que es más antigua que la suya. La verdad es que son muy parecidas, pero no son iguales. En Colombia tienen muchos tipos de arepas, igual pasa en Venezuela: nosotros tenemos la arepa frita, la andina con harina de trigo, la clásica arepa asada, las tumbarrancho maracuchas, etc. En Colombia, igualmente, tienen sus preparaciones regionales. Lo cierto es que en Venezuela se tiende a asar la arepa, en tanto que en Colombia se fríe más. Los rellenos venezolanos van por la parte de adentro la mayoría de las veces, mientras que en Colombia se ponen sobre la arepa. Es difícil decir que no es lo mismo porque tienen muchísimas semejanzas, pero creo que la diferencia está en el sabor, y en lo orgullosos que nos hace la arepa a los venezolanos y lo mucho que la hemos impulsado por el mundo.
Una de las cosas que más extraño de la comida venezolana es el sushi caraqueño (yo lo llamo así porque aquí no lo hacen igual, excepto en Monster Sushi). ¿Por qué es tan diferente del que se hace aquí? ¿Es un invento realmente caraqueño o es sushi californiano? Aparte de Monster Sushi, ¿dónde más se puede conseguir algo similar y sin dejarse todo el sueldo?
La verdad es que la tropicalización del sushi en Venezuela es algo único de la región. El sushi venezolano se derivó del llamado «sushi californiano», plato típico japonés que pasó por un proceso de reinvención en EE UU, y se volvió más comercial y más internacional. Los primeros rolls de este tipo fueron el Alaska roll, el Philadelphia roll y el California roll, que llevan ingredientes como aguacate y queso crema (muy lejos de la gastronomía nipona). Esto es un ejemplo de lo que llamamos “comida fusión”. Estos y otros rolls se extendieron a otros países, y éstos a su vez le dieron su twist. En España, por ejemplo, podrás conseguir el clásico California roll en cualquier lugar, y también podrás conseguir maki de foie, o variedades con pez mantequilla, que son autóctonos del país. En Venezuela hay toda una cultura al rededor del Tiger roll y los sabores tempurizados, además de la inclusión de productos caribeños que le dan ese toque tan único y especial.
En Barcelona, Monster Sushi es, sin duda, lo más parecido al sushi venezolano que puedas encontrar, ya que su dueña y sushichef, Fabiola Lairet, es la pionera de este tipo de sushi en la ciudad condal. Ésta sería mi primera recomendación. Pero también se puede conseguir algo similar en dos lugares del Eixample Esquerra: uno se llama CHUN, está en la calle de Buenos Aires, 12; y el otro se llama Yoshino, en la calle de Mallorca, 90.